El miedo… ¿quién no ha sentido miedo? Nadie. Todos lo experimentamos, de diferentes maneras, con diferentes intensidades, diferentes reacciones y/o diferentes estímulos que lo provocan.
Pero ahí está, es parte de nuestras vidas.
La relación que tengo hacia el miedo es lo especial, el cómo lo enfrento,. Todos tenemos la capacidad de decidir y mejorar esa relación.
Habrá personas que piensan en el miedo como un paralizante, es un freno, que nos da pavor, preferimos huir de él y evitar sentirlo o ponernos en situaciones que nos lo provoquen, porque la verdad es incómodo y no nos gusta sentir eso. Pero eventualmente estará, porque es una emoción.
Emoción muy especial ya que nos hace DESPERTAR, nos hace movernos, darnos cuenta de que algo importante está pasando. Ya sea positivo o negativo. Es algo que cambiará las cosas.
Y de eso se trata la vida, de cambios constantes. De movernos de una situación a otra, de etapas que poco a poco vamos viviendo que es inevitable el moverse, si te quedas en un momento por mucho tiempo, por muy difícil que para ti parezca, habrá algo que creará ese movimiento de cambiar. Y ahí vuelve a aparecer el miedo.
Se aparece como anunciando que puedes sentirte diferente, vivir mejores experiencias, mejores cosas en la vida. Y vuelve el miedo, pero ahora es a la pregunta: ¿me da miedo ser feliz? ¿Aceptar que puedo vivir cosas que me merezco o que quiero?
Si me achico, me digo a mi mismo que no puedo, que no soy capaz, que no debo creer que puedo abordarlo… entonces así será.
Tú mismo te estás frenando precisamente para que NO PUEDAS.
En cambio, si siento el miedo y reflexiono en que estoy paralizado porque no sé qué vaya a pasar después, permítete aceptar eso, está bien no tener todas las respuestas correctas, está bien no saber qué hacer, está bien no decidir inmediatamente.
Lo que puedes hacer es tomarlo como una tarea, una meta de que pronto saldrá todo y fluirá, siempre y cuando te enfoques en que eso suceda.
El creértelo que sí podrás, sí harás algo al respecto, aunque todavía no sepas cómo o cuándo, pero el creer en ti y que lograrás enfrentar tu miedo, usarlo como un acelerador de que vale la pena hacerse cargo y lo harás excelente es lo especial.
Debes tomar esa decisión. Tomar las riendas y encontrar la forma, la solución.
Siempre es más fácil encontrar el NO, el por qué no y los 100 obstáculos, antes de encontrar la respuesta a tu salida. La solución a tu “problema”, pero hay que aventarse, dar ese salto, confiar en ti mismo, porque ya tienes el NO, qué tal si te mueves para conseguir el SÍ.
Ese sí de la vida que tanto estás buscando, pero en vez de buscarlo, hay que crearlo, hay que abrir las puertas. No es fácil, quizá, y está bien, si no todos seríamos iguales y todo sería un mundo perfecto en el que todos consiguen sus sueños y metas. ¡Es de los valientes, de los que aceptan su miedo y lo usan a su favor! Es como un poder mágico que tienen en ellos mismos, realmente todos lo tenemos, solo a veces no lo sabemos o no sabemos cómo usarlo.
Pareciera que lo más difícil es descubrir el ¿CÓMO?
No hay una respuesta mágica, pero hay 3 técnicas que te recomiendo, la primera es reconocer esa paralización, ese sentimiento, hacer la pausa de que eso está pasando y verlo así, en su totalidad.
La segunda es poderlo platicar con alguien e igual compartirle tus sentimientos, al platicarlo siempre se transforma el sentido de lo que decimos y lo podemos asimilar diferente después de platicarlo; por tercero es saber que PASARÁ, nada es permanente, si tienes miedo por algo muy específico que no sabes qué hacer, esfuérzate en pensar que “todo estará bien, encontraré la respuesta”.
Aunque eso tome tiempo, debes tener ese pensamiento fuerte en ti para poder llegar a esa mejor versión de ti mismo.
Debes saber que todo eso no es de un día a otro, no hay una píldora mágica que arregle todo inmediatamente, es necesario caerse, es necesario sufrir o por lo menos saber que está esa posibilidad, pero ¿y qué? para eso estamos aquí, para caernos y levantarnos, para aprender de nuestros errores y crear más.
Al lograrlo, valdrá la pena todo ese esfuerzo, todo el proceso hará que disfrutes tu triunfo aún con mayor fuerza.
Depende de ti, nadie te dará nada, todo tiene un costo, no creas que te mereces las cosas, si sigues pensando eso solo perderás más el tiempo, debes despertar, moverte, -crear y tomar tú tus propias decisiones- , y eso toma tiempo; tiene un precio y es justo, hay que pagarlo ya que eso es el esfuerzo del por qué te lo ganarías.
Esto no es para otros, es para ti, por y para ti.
Para que tú vivas pleno, vivas lo que quieras vivir. No lo que otros te imponen o esperan de ti. Es importante escuchar a la gente que nos quiere y se preocupa por nosotros ya que ellos buscan también nuestro bienestar, pero no depende de ellos que lo tengamos. Depende de ti y tus acciones, tus pensamientos, tu paz contigo mismo.
Si tienes remordimientos, por favor, trátate bien y perdona eso. Queda en el pasado y lo importante es el HOY.
Hoy que pudiste despertar en un nuevo día y tomar otras decisiones. No se trata de olvidarlo, la realidad es que no se puede olvidar ni tampoco se debería.
Hay que recordar pero aprendiendo de esa historia, tanto de lo bueno como de lo malo. Todo para crecer, para ser ese ideal que tú has pensado en ser y lograrlo.
Y eso es madurez.
El aceptar lo que es tu historia del pasado, pero en el presente tomando mejores decisiones para no repetir errores que ya sabes que no quieres repetir y en cambio hacer cosas para lograr ese sueño o meta tuyo.
Para eso hay que moverse y es nuestro amigo el miedo quién nos da el empujón, hay que escucharlo y avanzar.
“Mientras más lo veas como un aliado y no como un freno, mejor fluirán las cosas”.